Cuando se habla de glaucoma se tiende a generalizar sin tener en cuenta que existen diversos tipos de glaucoma que, a grandes rasgos, se agrupan en dos conjuntos principales: el glaucoma de ángulo abierto y el glaucoma de ángulo cerrado. El doctor Sergio Bonafonte, director del Centro de Oftalmología Bonafonte de Barcelona, centro de referencia cuando hablamos del tratamiento de problemas oculares, explica las diferencias entre ambas enfermedades y qué maneras existen como solución a cada una de ellas.
Glaucoma de Ángulo Abierto
En este caso lo que ocurre es que el líquido que fabrica el ojo se escapa mal, por lo que la presión intraocular asciende. Esto hace que la retina se vaya lesionando y que se produzcan problemas en el ojo relacionados ya a esta enfermedad.
Glaucoma de Ángulo Cerrado
Por lo que respecta al glaucoma de ángulo cerrado lo que ocurre es que no hay manera de que el líquido ocular se escape, lo que provoca una subida brusca de la presión intraocular. El ojo se pone rojo, congestivo y muy doloroso. Si se detecta a tiempo es posible corregir el problema, pero muchas personas, en el pasado, acababan teniendo una ceguera tras haber sufrido mucho dolor por este tipo de glaucoma.
Valores Normales de Presión Ocular
Los valores de presión ocular establecidos como normales son aquellas que van desde los 12mm de mercurio hasta los 22mm. Sin embargo este concepto, tal y como indica el doctor Bonafonte, ya se ha quedado anticuado puesto que se conoce que existen más patrones para determinar si se padece un glaucoma o no. De hecho un 30% de las personas que tienen esta enfermedad presenta una presión intraocular correcta, pero su campo visual se va deteriorando y el nervio óptico, en consecuencia, se estropea. El glaucoma es una enfermedad que todos podemos desarrollar, sobre todo si existen antecedentes familiares, y que suele aparecer alrededor de los 50 años.
Tratamientos del Glaucoma
El primer paso de tratamiento es por medio de unas gotas. Si el paciente no responde se debe optar pues por los disparos con láser en el ángulo de la cámara anterior del ojo para abrir el filtro del humor acuoso. También existen muchos avances en lo que a tratamientos farmacológicos se refiere ya que cada día aparecen nuevos fármacos que producen menos reacciones y que son más efectivos. Las gotas de las que se dispone en la actualidad permiten tratar de una forma muy cómoda el glaucoma.
Problemas del Tratamiento
Los problemas relacionados con el tratamiento son basicamente dos. Por una parte el abandono del mismo puesto que el glaucoma, aún siendo una enfermedad crónica, no cursa con dolor. Así que los pacientes no entienden la importancia del tratamiento preventivo que se instaura con las gotas, cuando aplicarlas puede evitar muchas cegueras futuras. La otra complicación viene dada por las reacciones alérgicas a determinados aditivos y conservantes de las gotas. Muchas personas presentan intolerancias y reacciones alérgicas, aunque hoy en día estas composiciones cada vez son más perfectas. Estas reacciones alérgicas se distinguen por ser irritación del globo ocular, inflamación local y alergia. En estos casos es necesario buscar una alternativa de tratamiento.
Cirugía para Resolver un Glaucoma
Los casos de glaucoma cerrado se tratan primero con antiinflamatorios y con sustancias que bajen la presión intraocular. Después se procede a un disparo con láser para hacer un agujero sobre el iris y que así pase el líquido acumulado tras el cristalino. En el caso del glaucoma abierto lo que se debe hacer es un agujero interno sobre la parte blanca del ojo que permita que el líquido vaya saliendo y se quede debajo de las propias estructuras oculares. El 80% de los casos tratados con cirugía se resuelven con éxito, y el 15% de ellos requiere de una nueva intervención o del uso de gotas al cabo de un tiempo.
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